lunes, 25 de mayo de 2009

Cubo y jarrito



Bajo el lavamanos  descansa el cubo plástico con el que se baña toda la familia. Hace más de veinte años, las tuberías colapsaron y para usar el servicio hay que cargar el agua desde un tanque en el patio. Cuando llega el invierno, se preparan un baño tibio gracias al calentador eléctrico hecho con dos latas de leche condensada. Ninguno de los niños de la casa conoce la sensación del chorro cayendo sobre sus hombros, pues el agua sólo entra una vez por semana. Nadie puede –entonces– malgastarla en una ducha.

Al ritmo del jarrito que baja y sube se asean la mayoría de las personas que conozco. La depauperación de las redes hidráulicas y los excesivos precios de las piezas de plomería contribuyen al estado calamitoso de las toilettes. Ese momento íntimo y placentero que debe ser el acto de lavarnos el cuerpo se convierte en una secuencia de incomodidades para buena parte de mis compatriotas. Al mal estado de la infraestructura hay que agregarle que para comprar champú y jabón se necesita esa otra moneda con la que no nos pagan los salarios.

Juan Carlos y su esposa conocen bien de sequedades y noches vigilando las tuberías. En su casa, el preciado líquido llega cada siete días y sólo tiene presión para salir por una cañería pegada al suelo. Para esta pareja, el cubo y el jarrito son herramientas imprescindibles sin las que no lograrían cocinar, lavar o limpiar la casa. Tantos años sin poder abrir la pila y enjuagarse las manos los han obligado a desarrollar una metodología que hoy nos explican en estas imágenes. Es una breve demostración que -al decir de mi delgado amigo- “les va causar risa, pero es patético y trágico lo que está ocurriendo en nuestro país”.


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
Direccion del Blog Original: http://desdecuba.com/generaciony/

miércoles, 20 de mayo de 2009

Una mirada simple


He leído el intercambio entre Silvio Rodríguez y Adrian Leiva sobre las limitaciones de entrada y salida del país. Ha sido ese tema –precisamente- uno de los más tocados en Generación Y en los últimos meses. Vengo a ser, a mi pesar, una especialista en todos los recovecos de las limitaciones para viajar fuera de esta Isla. Después de comprobar que alrededor mío esas restricciones migratorias no gozan de ninguna popularidad y que hasta un exparlamentario se declara inconforme con ellas, la pregunta que me hago es ¿Por qué siguen en pie?

La respuesta que se me ocurre viene de una cuestión sencilla: ¿Qué pensará mi vecino –militante del partido comunista y que nunca ha sido enviado a un viaje oficial- si yo lograra cumplimentar mis invitaciones al extranjero? Qué va a quedar de su “fidelidad” ideológica al comprobar que ya la incondicionalidad no es requisito indispensable para poner un pie fuera de Cuba. Será un golpe duro para él ver llegar, cargados de regalos, a todos aquellos que ahora están en la lista negra de los que no pueden entrar a Cuba.

Si aplaudir ya no genera el privilegio de poder comprar un refrigerador nuevo, pasar un par de semanas en la playa o recibir un viaje de estímulo a los países de Europa del Este ¿qué ventaja tendrá entonces mantener la máscara? Sólo me queda concluir que el permiso de salida o entrada al país es uno de los últimos diques de contención para que las aguas del comportamiento libre no arrasen con todo. El miedo a no recibir la “tarjeta blanca” ha quedado como una de las pocas razones para seguir simulando.


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
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sábado, 16 de mayo de 2009

Cuidado con la espontaneidad


A una escuela del Cerro,  llegaron varios visitantes extranjeros para hacer unas donaciones de libretas y lápices. Dos días antes, la maestra sentó a los niños más aplicados en la primera fila y les pidió –a los padres- plantas ornamentales. La directora aclaró en el matutino que mientras los distinguidos huéspedes estuvieran junto a ellos, no se podía correr en el receso ni permitirían la venta de caramelos cerca de la entrada principal.

Aquel miércoles en que la delegación arribó a la instalación educativa, dieron pollo en el almuerzo y los televisores de las aulas no mostraron la acostumbrada novela mexicana, sino las tele-clases. La maestra de quinto grado evitó ponerse la lycra roja que tanto le gusta y se encasquetó una calurosa chaqueta de ir a bodas y funerales. Hasta la joven auxiliar pedagógica estaba diferente, pues no exigió que los niños le dieran –como cada día- un fragmento de la merienda que traían desde sus casas.

La visita parecía marchar bien: el material escolar ya había sido entregado y los modernos autos parqueados afuera se llevarían pronto al sonriente grupo de forasteros. Pero ocurrió algo inesperado: uno de los convidados rompió el protocolo previsto y se dirigió al baño. Las costuras de la apresurada “cirugía estética” que le habían aplicado al centro escolar eran evidentes en aquel insalubre espacio de unos pocos metros cuadrados. Los meses que llevaban sin auxiliar de limpieza, las pilas clausuradas y la ausencia de puertas entre un servicio y otro podían echar abajo la farsa de normalidad que tanto ensayaron.

El espontáneo huésped salió del baño con la cara enrojecida y se dirigió sin hablar hacia la salida. Después de mirar tras la tramoya, comprendió que en lugar de papel o lápices de colores, la próxima vez regalaría desinfectantes, frazadas de piso y pagaría los servicios de un plomero.



El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
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jueves, 7 de mayo de 2009

Pasos de cangrejo: uno adelante, dos atrás

He estado un par de días sin conectarme a Internet, porque una nueva complicación ha aparecido en el camino de los bloggers alternativos. Varios hoteles del país exigen, para conectarse a la red, demostrar que uno vive en un punto fuera del archipiélago cubano. Los empleados de las carpetas me dicen –aunque son tan nativos como yo- que este carnet azulado no me sirve para saltar hacia la gran telaraña mundial. “Es una resolución que viene desde arriba” me aclaró una mujer, como si una decisión de ese tipo pudiera ser tomada en otro nivel que no fueran las oficinas del gobierno.

Veo difícil que pueda convertirme en extranjera de la noche a la mañana. De manera que sólo me queda protestar por semejante prohibición y hacer pública la existencia de un nuevo apartheid. Tendré que volver a sacar el disfraz de turista, aunque está vez deba aprender una lengua tan complicada como el húngaro, para despistar a quienes venden las tarjetas de acceso. Quizás me da por merodear los hoteles, dispuesta a pedirle a los extranjeros que compren -para mí- esa llave de entrada que me está vedada, ese salvoconducto para el que necesito “no ser cubana”.

El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
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