miércoles, 30 de julio de 2008

De gratuidades y otras fantasías


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
Direccion del Blog Original: http://desdecuba.com/generaciony/
Voy a buscar un colirio para mi ojo derecho que tengo irritado desde hace un par de días. Dos horas de espera en el médico de la familia me permiten enterarme de todos los chismes del barrio, de boca de las vecinas que van a “pasear” al consultorio. La doctora se queja de que tiene mucha carga de trabajo, porque parte de sus colegas está de misión en Venezuela, y me escribe una remisión mientras se come una pizza de seis pesos.

En el policlínico el panorama es similar, pero la preocupación por mi ojo hace que me porte bien y espere a que me atiendan. Un señor con unos espejuelos antediluvianos me advierte que él marcó en la cola desde la seis de la mañana, así que calculo que podré terminar de leerme una novela mientras aguardo. Con sorna, una viejita me insinúa –sin que yo haya abierto la boca- “esto es así porque es gratis, si hubiera que pagarlo, otro gallo cantaría”.

No me sorprende su expresión, pues frases como esas aparecen con más frecuencia por todas partes, pero me quedo pensando en el raro concepto de gratuidades que maneja la señora. Al decírmelo yo imagino que la lámpara de Aladino, frotada por once millones de cubanos, ha logrado proveernos de estos hospitales, de las escuelas y de otros publicitados “subsidios”. Pero el espejismo del genio con sus tres deseos me dura poco, caigo en cuenta que todo eso lo pagamos cada día con un alto precio.

El dinero no sale, como la señora cree, del bolsillo bondadoso de quienes nos gobiernan, sino de los altos impuestos que nos cobran por cada producto adquirido en las tiendas de pesos convertibles, de los excesivos pagos que nos obligan a hacer en los trámites migratorios, del gravamen humillante que las monedas extranjeras tienen en esta isla, y de la subvaloración salarial en que están sumidos todos los trabajadores. Somos nosotros los que pagamos estos servicios de los que, vaya ironía, no podemos quejarnos.

Es más, pagamos también la gigantesca infraestructura militar, que en sus delirios guerreristas consume una buena parte del presupuesto nacional. De nuestros agujereados bolsillos, salen las campañas políticas, las marchas de solidaridad y los excesos de protagonismo que nuestro gobierno se permite tener por todo el mundo. Somos nosotros los que financiamos nuestras propias mordazas, los micrófonos que nos escuchan, los delatores que nos acechan y hasta la tranquila parsimonia de nuestros parlamentarios.

De gratuidades nada. Cada día pagamos un alto precio por todas esas cosas. No solamente en dinero, tiempo y energía, sino también en libertades. Somos nosotros mismos los que sufragamos la jaula, el alpiste y las tijeras que nos cortan las alas.

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lunes, 28 de julio de 2008

Carnavales


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
Direccion del Blog Original: http://desdecuba.com/generaciony/

El malecón habanero se prepara para los carnavales. En la Piragua varios carpas se anuncian como restaurantes de comida internacional y coloridos kioscos surgen por toda la zona costera. Ya pueden verse -en las aceras y los portales- las estructuras metálicas que se usarán para los palcos, mientras las comparsas ajustan las coreografías que mostrarán a partir del viernes.

Producto de los sucesivos cambios de fecha que han sufrido nuestras fiestas populares, somos un pueblo que no sabe muy bien cuándo comienzan sus carnavales. Nos toma por sorpresa el anuncio de que van a iniciarse y ni siquiera nos frustramos demasiado cuando nos dicen que están suspendidos. Recuerdo que en el verano del 2006 nos quedamos con las carrozas pintadas, ya que las congas habaneras no encajaban en el sombrío escenario de la enfermedad de Fidel Castro.

Por suerte, este año las comparsas arrollaran. Seguiremos viviendo un carnaval esquizofrénico: la mayor parte de los productos en moneda convertible y una porción pequeña de placeres para los que solo tienen pesos cubanos. Nuestro jolgorio ha dejado de ser, debido a la violencia y la marginalidad, una cita para toda la familia. Pero aún así, es el momento para sacudirse las consignas, las escaseces y las expectativas frustradas. Bailar es una magnífica forma de olvidar.

Así que habrá festejo, en ese mismo perímetro de costa donde -hace catorce años- los habaneros mostraron su inconformidad en un estallido social. Beberemos alrededor del muro que ha sentido el peso de las balsas improvisadas con rumbo al norte. Habrá salsa y reggaetón, en la misma avenida marítima que hace meses no ve pasar una manifestación coreando slogans y agitando banderitas. En ese malecón que nos ha visto gritar, partir y fingir, vamos –por estos días- a divertirnos.

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jueves, 24 de julio de 2008

Ciber-mutilados


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
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Escrito por: Yoani Sanchez en Generación Y , Julio,21,2008


Todo ese tema de la ciudadanía representada en Internet que desarrolla proyectos por su cuenta, nos queda demasiado grande a los cubanos. Sin haber llegado a ser todavía ciudadanos en la realidad, se nos hace difícil comportarnos como tales en la red. En este caso no vale aquello de saltarnos etapas, como lo hicimos con las videocaseteras (que nunca se vendieron en las tiendas cubanas), las grabadoras de cinta y prácticamente los floppy de 5¼”, sino que tendremos que graduarnos de civismo, antes, en la realidad.

A ver si logro entender la lógica torcida de nuestro espacio virtual: “un ciudadano cubano no puede comprar su propio dominio web y alojarlo en un servidor local, pero es acusado cuando logra hospedar su sitio en otro país”; “los blogger oficiales reflejan la realidad, pero nosotros los alternativos somos marionetas de algún poder extranjero…”; “Internet es un terreno para una llamada batalla de ideas, de la que nadie puede enumerar al menos un principio que no sea la intolerancia…”; en fin, además de mutilados en nuestra sociedad, hemos entrado a Internet con varios pedazos de menos.

A este paso, en la red ocurrirá lo mismo que muestran nuestras calles: gente que en un primer momento –y ante las cámaras y micrófonos- exhiben un entusiasmo y una fidelidad ideológica que es pura “espuma”. De ahí que en Internet nos ponemos folclóricos y ecologistas; nos da por las bolsas de trabajo, los anuncios clasificados o la música gratis, pero cuidado con emitir opiniones. En la www hay que tener las mismas máscaras que llevamos colgadas en nuestra vida. Lo de tener ciber-derechos tendrá que esperar, a ver si va y un día nos da por empezar a hacernos, al menos, ciudadanos.

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sábado, 19 de julio de 2008

Sordidez


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
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El Bulevard habanero, en la noche del miércoles, fue el escenario para una pareja con un niño que buscaban un poco de aire fresco. Son sólo las nueve, pero a juzgar por el ambiente parecen las tres de la madrugada. El olor a orine en cada esquina recuerda que los borrachos han comenzado temprano y que los baños públicos siguen siendo una ilusión. La profusión de prostitutas lleva a la madre a apurar el paso, pero el niño alcanza a ver una transacción muy directa entre un chulo, su “novia” y un turista.

No han escogido bien la ruta. Más les hubiera valido tomar un ómnibus hasta Miramar y pasear por la 5ta avenida, o quedarse tomando el fresco en el balcón de la casa. Van en busca del Parque Central, pero fuera del círculo de luz alrededor de la estatua de Martí se extiende una zona de penumbras propicia para los escarceos amorosos. Nadie se escandaliza con eso, pues en esta ciudad hace muchos años que no hay posadas (moteles) donde puedan acudir las parejas. Tener sexo en el banco de un parque forma parte de las artes amatorias de quienes no tienen una habitación propia.

La policía se integra al sórdido paisaje nocturno, y los padres ya están arrepentidos de haber sacado a su hijo por esa zona fronteriza entre Centro Habana y el casco histórico. Cada interior de lujo, como el lobby de los hoteles Telégrafo, Saratoga, Plaza y Parque Central, tiene su contraparte en las calles oscuras que los rodean. Por unos centímetros de glamour hay metros y metros de apabullantes penurias materiales.

El niño sólo ha tenido ojos para el humeante capuccino que un extranjero, acompañado de dos chicas muy jóvenes, consume en la cafetería La Francia. Desde sus ojos de infante, La Habana nocturna ha quedado como una sucesión de luces y sombras, de clientes que consumen y espectadores que los miran beber, de uniformes azules que vigilan y sombras que los evaden, de esquinas con una cara hermosa y otra que es mejor no conocer.

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miércoles, 16 de julio de 2008

Algo para evadirse


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
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Escrito por: Yoani Sanchez en Generación Y , Julio,15,2008


Soporta la doble jornada, una como secretaria y la otra como madre y ama de casa, gracias a unas pastillas de diazepán que esconde en su cartera. Ningún médico se la ha recetado, pero ella misma encontró el camino hacia la paz probando varios fármacos. Sólo bajo el efecto producido por una dosis -cada vez más alta- de la pequeña píldora, sobrelleva las reuniones del Partido, las colas para la comida y las exigencias alimentarias de su familia.

Comenzó por comprárselas a un vecino que sacaba varios productos de un almacén farmacéutico. Experimentó con el clorodiazepóxido y la amitriptilina, que le permitían dormir en la noche y sonreír cuando el ómnibus llegaba con media hora de retraso. En una embestida contra el mercado ilegal de medicamentos, el suministrador fue a la cárcel y ella se quedó sin los necesarios sedantes. Poco tiempo después, apareció un nuevo abastecedor, esta vez con precios más altos.

Nadie en la familia quiere darse cuenta que la madre anda por las nubes, con una extraña cara de complacencia incluso ante las escaseces y los problemas. Su evasión es más callada que el revuelo del esposo alcoholizado cuando regresa –casi cayéndose- a la casa cada noche. Ambos han escogido escapar, cada uno con lo que tiene a mano: él, con alcohol de hospital destilado por manos diestras y ella, con una píldora que la hace olvidar su propia vida.

Los hijos tampoco apuestan por esta realidad. Prefieren acariciar el sueño de evadirse, aunque de una manera más real, más definitiva. Bajo la cama guardan un motor a medio armar y este agosto lo harán ronronear en el estrecho de La Florida. La madre no llegará a preocuparse. Una dosis doble de diazepán evitará que se torture pensando en los tiburones, la insolación y la larga separación que les espera.

viernes, 11 de julio de 2008

Democracia de Chevrolet


El Blog de Yoani Sánchez, es reproducido fielmente del blog original. En un intento de expandir aun más la voz de esta joven bloguera, prisionera en su propia tierra.
Atte. Abel Desestress
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Escrito por: Yoani Sanchez en Generación Y , Julio,11,2008
Sesiona por estos días una nueva reunión de la Asamblea Nacional. Sin embargo, lo que pasa en el interior del Palacio de las Convenciones no genera muchas expectativas entre los cubanos. Ni siquiera la confesión oficial del bajo nivel de los profesores de la enseñanza media y primaria logra que nos sintamos representados. Desde hace años los padres nos hemos quejado -sin ningún resultado- del desastre educativo generado por la presencia de jóvenes, sin mucha preparación, al frente de las aulas. Sólo ahora, las comisiones parlamentarias lo reconocen.

Bajo ese mismo efecto de cámara lenta nos llegan promesas de materiales de construcción, de licencias a todos los que quieran usar su auto como taxi y de más productos, en el mercado racionado, para los recién nacidos. Todos estos anuncios los hemos acogido como el hambriento al que se le ofrece, solamente, un vaso de agua. Pero aclaro que no nos sentimos decepcionados, no esperábamos demasiado de este parlamento que hoy se reúne.

Quizás si la Asamblea Nacional sesionara en el interior de uno de esos chevrolet que circula por las calles habaneras se atrevería a exigir lo que realmente queremos. Sólo en los vetustos asientos, amparados por el anonimato y protegidos por la velocidad, logramos exteriorizar lo que no nos gusta. Créanme que lo dicho en esas viejas latas rodantes no se queda en las críticas a la imposibilidad de comprar arena o cabillas, ni en los pedidos de más tela para hacer pañales. En medio del traqueteo de los motores de petróleo y de las puertas chirriantes, ocurre otra sesión parlamentaria: más pequeña, con menos poder, pero –indiscutiblemente- más auténtica.

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Periodismo o literatura
Escrito por: Yoani Sanchez en Generación Y , Julio,8,2008


A propósito del Congreso de la UPEC

Al terminar el preuniversitario tenía el capricho de ser periodista. Entre tres amigas contratamos una profesora particular que nos repasaba para las pruebas de ingreso a la universidad. Aquella mujer insistía –hasta llegar a molestarme- que nunca iba a lograr ser una buena reportera, sino que todo en mí apuntaba a otra profesión: la filología. Su maldición se cumplió pues terminé metiéndome con las palabras, la fonética y los conceptos literarios, en lugar de correr tras las noticias.

No sólo la profecía de esta Tiresias habanera me alejó de la labor informativa, sino la convicción de que en una sociedad marcada por la censura, por el oportunismo y la doble moral, ser periodista era el origen de mil y una frustraciones. Había conocido a Reinaldo, expulsado de Juventud Rebelde porque “su línea de pensamiento no se ajustaba con la del periódico” y ver sus deseos de escribir, malgastándose en una dura jornada como mecánico de ascensor, fue el puntillazo final a mis sueños adolescentes.

La Glasnost había pasado y en Cuba un sabor a oportunidad perdida se extendía entre los reporteros y sus frustrados lectores. La tele nos repetía que las producciones aumentaban, que el país resistiría y que el “invencible líder” nos llevaría a la victoria, mientras nuestras vidas desmentían cada frase triunfalista y cada cifra engordada. Una y otra vez respiré aliviada de no haberme hecho periodista. Creí sentirme a salvo en el mundo de la metáfora.

Sin embargo, no estaban tan alejadas ambas profesiones, ya que una buena parte del periodismo que se hace en los medios oficiales cubanos tiene mucho de literatura. Pues sí, tratando de escaparme hacia la ficción, lo novelesco y lo teatral, encontré que de eso mismo estaban llenos los telediarios cubanos: de personajes que nadie se cree, de historias futuristas que nunca llegan a materializarse y de rostros sonrientes seleccionados entre miles de caras angustiadas.

Con su vaticinio, aquella profesora ilegal quería advertirme de algo que descubrí por mí misma años después: que entre la ficción de nuestra prensa y la de nuestros novelistas, la segunda me iba a proveer de más certezas.

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